La última vez que en este espacio escribimos sobre criptomonedas (julio de 2017), a nivel mundial existía un total de 1,028 tipos diferentes de estos instrumentos, sumando una capitalización de mercado de alrededor de $ 100 mil millones de dólares (US$100 billion, en inglés). Hoy, la página Coin Market Cap nos muestra  que estas cifras han ya quedado muy atrás. A enero de 2020 existen 5,065 tipos diferentes de criptomonedas, con una capitalización de $229,598,129,445 dólares (poco más de US$229 mil millones). También alrededor de esas fechas -en marzo de 2017-, en este espacio publicamos otro informe sobre el sistema DLT (Distributed Ledger Technology, libros de registro digitalizados), mejor conocido como blockchain. En él, celebrábamos que una de sus aplicaciones estrella – Bitcoin- había aumentado su valor de US$400 a principios de 2016, a US$1200, en marzo de 2017. Hoy, 25 de enero de 2020 el valor de un bitcoin es de US$8,327, es decir casi 7 veces más que nuestra última anotación.

Y con estas cifras, cada vez más y más personas están entrando al mercado de las criptomonedas. De acuerdo con Statista.com el número de usuarios globales de carteras de blockchain al Q3 de 2019 es de aproximadamente 42.2 millones, casi 5 veces más que los 8.9 millones registrados tres años atrás, en Q3 2016. Además, un número importante de compañías globales ya acepta estas monedas como medio de intercambio. Por ejemplo, Bitcoin, la principal criptomoneda en el mercado (con 66,2% de dominación), es aceptada por gigantes como AT&T, Expedia y Microsoft, y a ellas se suma una larga lista de empresas medianas y pequeñas. Sin embargo, antes de entrar de lleno a este mercado es preciso considerar, ¿Qué tan sostenible es el aumento del valor de las criptomonedas? Y, lo que es más importante: ante el universo en existencia, ¿cuáles monedas son dignas de uso e inversión, cuáles son especulativas y cuáles son meramente decorativas?

Para contestar estas preguntas en primer lugar debemos considerar el peso real de estas cifras. Si bien la expansión ha sido considerable, este tipo de inversiones y productos es todavía secundario. En primer lugar, incluso en un mercado tan grande y financieramente sofisticado como Estados Unidos, el número de inversionistas es menor. De acuerdo a una encuesta de Finder.com, apenas un 8% de la población de ese país ha invertido en criptomonedas. Apenas 5% de americanos invierte en Bitcoin y 2% Ethereum, las dos principales. En contraste, y de acuerdo con Gallup, 55% de los americanos posee acciones de distintas compañías. En segundo lugar, si bien una cifra como US$229 mil millones de capitalización suena impresionante, no olvidemos que la empresa Amazon, por si sola, tiene una capitalización de US$ 900 mil millones, 4 veces más que todas las criptomonedas combinadas.

Una vez considerado lo anterior, es preciso entender que no todas las criptomonedas están diseñadas de la misma forma, o cumplen funciones similares. Éstas monedas difieren por el tamaño de sus bloques de registro (blocks, en inglés), la velocidad de procesamiento, el tipo de algoritmos que usan, el número de unidades de moneda disponibles, la forma de obtención o producción de estas monedas (a través de emisiones o minería, por ejemplo) y por supuesto, por su función última. Por ello, antes de invertir es importante entender qué son y cuál es su objetivo. Aquí tomamos 5 de las 10 principales criptomonedas de acuerdo con Coin Market Cap y explicamos sus principales características:

  1. Bitcoin es la criptomoneda más utilizada a la fecha. Su meta principal es actuar como efectivo digital de manera descentralizada, eliminando intermediarios. Además, es una moneda fácil de adquirir y almacenar. Una gran ventaja es la enorme liquidez que ofrece, ya que siempre habrá alguien dispuesto a comprar o vender la moneda.
  2. Ethereum es una plataforma que tiene como objetivo aprovechar el poder detrás de la tecnología de cadena de bloques de bitcoin. Así, no sólo tiene una moneda, sino que permite desarrollar aplicaciones y contratos inteligentes a partir de su blockchain. Es también una opción bastante líquida, apenas detrás de Bitcoin.
  3. La moneda XRP de la Red Ripple busca convertirse en un vehículo universal y ‘sin fricción’ para el envío de dinero y remesas. Su objetivo es superar a sistemas más antiguos como Western Union o Swift. Una ventaja es que alrededor de 80 bancos han entrado a su red.
  4. Esta es una de las primeras y más conocidas criptomonedas y como Bitcoin, busca ser una moneda digital P2P para ser utilizada sin intermediarios. Litecoin se desprendió de Bitcoin a través de un cambio en el código original, lo que la hace una de las criptomonedas más rápidas.
  5. Al igual que XRP de Ripple, los Lumens de Stellar buscan facilitar los pagos y transferencias internacionales entre diversas divisas. Sin embargo, además Stellar funciona como una plataforma para llevar a cabo otras operaciones, entre las que destacan ICOs. Es rápida, con transacciones ejecutadas entre 2 y 5 segundos.

Finder.com realizó un sondeo entre 13 líderes de la industria fintech para determinar cuáles de las principales monedas ofrecen mejores posibilidades de inversión para 2020. Éstos asignaron valores de sentimiento positivo, neutral y negativo para 11 criptomonedas, y solo tres de ellas obtuvieron notas positivas, aquí aparecen los resultados. Con independencia de estas valoraciones, es importante tomar en cuenta los siguientes tres factores antes de emprender una inversión en este tipo de monedas: conocimiento y utilidad, confianza y liquidez.

En primer lugar, cualquier inversión, sea ésta en activos físicos, acciones o monedas digitales, debe estar precedida de conocimiento sobre su funcionamiento y valor. ‘Invest in what you know’ (Invierte solo en aquello que conoces) siempre se ofrece como guía para los inversionistas. De acuerdo a la encuesta antes referida, 92.05% de la población americana no ha invertido en criptomonedas. De ellos, 40% indican que no tienen interés o piensan que no existe la necesidad, mientras que 27% lo encuentran muy difícil de comprender.

Esta familiaridad con la empresa, objeto o instrumento es un primer paso para generar confianza en la inversión. Sin embargo, como vimos, aún hay camino por recorrer. Otro paso importante es que dicha inversión genere certeza y seguridad. De acuerdo a la misma encuesta, un alto 35% de aquellos que no ha invertido en criptomonedas, refiere que el riesgo es muy alto, mientras que 18% considera que es un engaño. Y a decir verdad, no todas las criptomonedas tienen el mismo nivel de seguridad, ya que entre otras razones, no tienen el mismo tamaño de bloques de registro o no se comercian en las mismas bolsas/mercados. Un ejemplo clásico que ha infundido desconfianza fue el hackeo de Coincheck, un mercado de intercambio de criptomonedas, con un costo total de US $530 millones en 2018.

Finalmente, un aspecto clave a considerar es la liquidez, que permite a los tenedores vender con rapidez sus activos. Sin embargo, debido a la infancia de las criptomonedas y su tecnología, este todavía se considera como un mercado con poca liquidez, ya que no está listo para absorber grandes órdenes sin que éstas cambien el valor de las monedas. Sin embargo, habiendo dicho esto, hay monedas con más liquidez que otras, y existen mediciones que nos permiten observar el volumen real de transacción.

Finalmente, debemos considerar que no todo lo que brilla es oro. Tether, por ejemplo, a pesar de aparecer en el top 10 de criptomonedas por capitalización de mercado ha tenido problemas de confianza. Mientras que en un inicio anunció que cada token estaba respaldado por un dólar americano, más tarde modificó sospechosamente sus términos para reflejar que no era así. La realidad es que el equivalente es a 0.74 dólares. Y por su fuera poco, no todas las criptomonedas en circulación han sido exitosas. De hecho, de acuerdo a una investigación de ‘The Conversation’ de Noviembre de 2019, un total de 1,085 criptomonedas han dejado de existir. Uno de estos casos se debió a que el fundador de la moneda, falleció sin dejarle a nadie sus contraseñas de acceso, afectando las inversiones por US$137 millones de cerca de 115,000 clientes.

Esto, por supuesto, no debe de ahuyentar la inversión en estos instrumentos. Las criptomonedas han llegado para quedarse, y no sólo entre los sectores tecnológicos y las poblaciones más jóvenes. Muestra de ello es Francia, cuya Banca Central piloteará una moneda digital nacional. Sin embargo, esto no elimina la responsabilidad de poner atención en ciertos aspectos antes de usar o invertir, en resumen: entender bien el producto, su capitalización, su volumen de intercambio y sobre todo su función, confianza y liquidez.

Miguel Ángel Lara Otaola